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UNA AVENTURA

17/11/2019MIS RELATOS ME GUSTA

 

Él era un chico normal, tímido, retraído e introvertido con pocas habilidades sociales, era un estudiante medio al que le solía tocar estudiar en verano.
Estudiar era algo que odiaba y él estudiaba lo justo.
Al final acabó estudiando lo que él quería y al último año de estudios le surgió la posibilidad de irse un año a Reino Unido, a la universidad.
Al principio no barajó esa opción. Pero a medida que iba avanzando el curso se lo planteó como una oportunidad por varias razones, que se podían resumir en espabilar y que sería bueno para él. También le empujó que iba la chica de la que estaba enamorado.
Empezó a iniciar los trámites de las universidades y prepararse el examen de inglés.
El tiempo pasaba y poco a poco las gestiones iban saliendo hasta que fue aceptado en una universidad diferente que a ella y ha bastante distancia, pero, no le dsanimó, no se iba a echar atrás.
Llegó el verano y aprobó todo Eso significaba que su vida de estudiante había acabado y, aunque, estaba preparándose para ir a una universidad inglesa, sabía que lo importante no era aprobar sino otras cosas que eran más importantes para él, como el desenvolverse solo, aprender otro idioma, perder ciertos miedos y abrir su mente.

Quedaban pocas semanas para que empezase el curso académico en la universidad en la que fue aceptado y recibió una carta de la universidad donde le decían que había sido admitido Él saltó de alegría. Su aventura daba comienzo. Llamó a la universidad, al servicio de alojamiento, y le dijeron que cuando estuviese le ayudarían para buscar alojamiento, que aunque era tarde aún habían plazas en las diferentes residencias.
Fue corriendo a comprar un billete por internet y a buscar alojamiento para los primeros días. Estaba contento e ilusionado
La noche antes del viaje quedó con un amigo para despedirse y estuvieron hablando de que le iba a venir muy bien y que tenía mucha ilusión. Los nervios no habían aparecido. Hasta que se metió en la cama. Se le hizo un nudo en el estómago y empezó a pensar que no pasaba nada sino iba que solo ib a perder el dinero del billete de avión, que no había sido mucho, y el del alojamiento de los primeros días. Pero no sabía que no podía echarse atrás por todo el año de gestiones y papeleos. Sabía que no se perdonaría esa oportunidad en la vida. A la mañana siguiente volvieron los mismos pensamientos de que no pasaba nada sino iba. Pero no sé lo dijo a nadie.
Ya en el aeropuerto, los nervios se agudizaron, pero no les hizo caso cuando facturaba. Se despidió de sus padres, pero sin pena, porque sabía que no era un adiós para siempre y que volvería en navidades. Al pasar el control de pasaportes se entretuvo con las tiendas para no pensar. Aún guarda el paraguas que se compró, y cuando lo ve se acuerda de ese día y esboza una leve sonrisa. Aún así volvió a pensar que no pasaba nada si no cogía ese avión y que ya recuperaría la maleta.
El vuelo fue tranquilo pero cuando estaba llegando a su destino volvieron los nervios. Encima llovía y se estaba anocheciendo.
En el vuelo había otros estudiantes españoles y les escuchaba hablar contentos, la mayoría iban con más gente y tuvo envidia.
Una vez el avión aterrizó se dijo así mismo que no había tiempo que perder y se fue a la parada del autobús para ir a la estación de trenes. En el autobús estaban todos los españoles del avión y él pensó "ojalá alguno vaya a mi misma ciudad". El autobús llegó a la estación de tren y compró el billete a su destino...Pero no veía el tren que tenía que coger y otro español le preguntó que donde iba y él dijo el nombre de la ciudad y entonces la otra persona dijo la frase mágica: ven conmigo que tu parada me pilla de paso. Estuvieron hablando en el tren y en el transbordo también. él le dijo que como podía devolverle el favor y la otra persona le respondió que ayudando a otras personas. Se hizo el silencio. Era de noche y llovía y él no dejaba de preguntarse "¿qué hago yo aquí?, ¿quién me manda meterme en este jaleo?". Al final llegó el tren. Los dos estaban cansados y no hablaron. Hasta que llegó su estación y él se despidió. Nunca olvidará lo que hizo por él. Varios años después aún se acuerda de esa persona.

Al final llegó al hotel y ya en la habitación llamó a casa: triste y abatido. Él lloró en esa llmada y le dijo su madre que ánimo. Al final se fue a dormir. La aventura empezaba

Han pasado varios años y le fue bien en esa aventura. Perdió timidez, espabiló, viaja solo por el mundo y trabaja en lo que le gusta.



 


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